EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 61

MAX LUCADO 6- UNA POSTURA PODEROSA Oren unos por otros . . . SANTIAGO 5.16, RVC Tenemos la oportunidad de ofrecer oraciones de corazón por cada persona que vemos. Podemos orar por el encargado del almacén, por la enfermera de la oficina del médico, por el equipo de mantenimiento del edificio donde trabajas. No es necesario que les cuentes de tus oraciones de intercesión. Aunque por otro lado, me sorprende la buena respuesta de las personas cuando les digo: «Me gustaría orar por ti. ¿Tienes alguna necesidad en particular?». Como es de esperarse, cuando buscamos bendecir a otros a través de la oración, nosotros somos bendecidos. Hay estudios en los que se establecieron vínculos causativos entre la oración, la fe, la salud y la felicidad. El doctor Harold G. Koenig de la Universidad de Duke, con base en un análisis exhaustivo de más de quince mil estudios médicos confiables, concluyó que «las personas que son más religiosas y oran más tienen mejor salud mental y física». Luego afirmó que las personas espirituales, las que procuran ayuda divina, «se enfrentan mejor al estrés, experimentan un mayor bienestar porque tienen más esperanza, son más optimistas, experimentan menos depresión, menos ansiedad, y presentan un número menor de suicidios». El acto de orar por otros tiene un efecto búmeran. Nos permite desplazar la carga que llevamos por otros a los hombros de Dios. Él nos invita a echar todas nuestras cargas sobre éll (1 Pedro 5.7). Las cargas imposibles de llevar se convierten en soportables al orar por ellas. No te preocupes por los políticos. Ora por ellos. No te enojes por la situación de la iglesia. Ora por ella. No dejes que las dificultades de la vida te hundan. Entrégaselas a Dios antes de que te afecten. En lugar de inquietarte por el futuro de tu familia, ora por ella. En vez de dar por sentado que no puedes hacer nada para ayudar a los demás, adopta la postura de la oración. Continuará...

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