EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 63

MAX LUCADO 6- UNA POSTURA PODEROSA Oren unos por otros . . . SANTIAGO 5.16, RVC ¿Qué estaba pasando? Alguien oraba. El doctor podía no ser una persona espiritual, pero sus amigos y su familia sí lo eran. En el Lynchburg General Hospital, se empezaron a reunir. Sabían orar. Individualmente y en comunidad. A medida que pasaban los días, se preguntaban si sus oraciones eran tomadas en cuenta. Un martes, en el tercer día del coma, llamaron al pastor de su iglesia y comenzó una ola final de oraciones urgentes y estas empezaron a abrirse camino. Eben escribió: «Bajé por los grandes paredones de nubes. Me rodeaba un murmullo, pero no podía comprender las palabras. Entonces me di cuenta de que un sinnúmero de seres me estaban rodeando, arrodillados en arcos que se extendían a la distancia. En retrospectiva, me doy cuenta de lo que estaban haciendo estas jerarquías de seres mitad vistos y mitad sentidos, extendidos en la oscuridad arriba y abajo. Ellos estaban orando por mí». El domingo en la mañana, despertó del coma. Las oraciones trajeron al doctor de vuelta a la tierra. ¿Conoces a un Eben? ¿Hay una crisis en tu mundo? ¿Estás llamado a dar esperanza donde no la pueden encontrar? ¿Es la oración lo único que tienes? Está bien. La oración es todo lo que necesitas. Además, nada activa la felicidad como el ministerio de intercesión. Inténtalo. La próxima vez que camines por un aeropuerto lleno de gente, eleva tu corazón hacia el cielo y ora algo como lo siguiente: Señor, bendice al hombre del traje gris. Parece exhausto. Y dales fuerza a esa mamá y a su hijo. Mira con misericordia a ese personal militar. Antes de que te des cuenta, una caminata rutinaria se convierte en un significativo paseo de fe. ¡Sentirás la misma energía que mi hermano y yo sentíamos cuando ayudábamos a papá a construir la casa! Tu Padre te escuchará. Después de todo . . . Continuará...

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