EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 69

MAX LUCADO 7- SIRVE TÚ «Sírvanse los unos a los otros por amor». GÁLATAS 5.13, RVC Sin embargo, nuestra libertad no es excusa para hacer todo lo que deseemos. Todo lo contrario. Puesto que somos libres, podemos servir. Voluntariamente, nos contratamos a nosotros mismos para servir a otros. En una sociedad que busca que la sirvan, nosotros buscamos oportunidades para servir a los demás. Andrés fue un gran servidor. Era el hermano de Pedro. Venía del mismo pueblo que Santiago y Juan. Pero cuando hablamos del círculo íntimo de Pedro, Santiago y Juan, no mencionamos a Andrés. Su nombre nunca aparece al comienzo de la lista de líderes. Vivió a la sombra de otros. En la foto grupal, aparecía al costado, con las manos en los bolsillos. A lo mejor, era el que sujetaba la cámara. Sin embargo, silencioso no significa autocomplaciente. Solo porque Andrés evitaba estar en el primer plano, no significaba que no tuviera fuego. Llevó a su hermano Pedro ante Jesús. Pedro pasó a predicar el primer sermón. Pedro fue el líder de la iglesia de Jerusalén. Pedro llevó el evangelio a los gentiles. Escribió cartas que nosotros aún leemos. Defendió al apóstol Pablo. Cualquiera que aprecie las cartas de Pablo, le debe gratitud a Pedro. Y cualquiera que se haya beneficiado de la fe de Pedro, como la de una roca, tiene una deuda con el espíritu servicial de Andrés. Por cierto, fue el espíritu servicial de María lo que llevó a Dios a elegirla para ser la madre de Jesús. No era una estudiosa ni miembro sofisticada de la alta sociedad. Ella era una chica simple. Sencilla. Una campesina. Se mezclaba entre la gente. Era de Nazaret, una villa polvorienta de un distrito oprimido de Galilea. Continuará...

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