EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 83

MAX LUCADO 8- COSAS INCÓMODAS Gracia y verdad. La gracia le dijo a la mujer adúltera: «Tampoco yo te condeno» (Juan 8.11, NVI). La verdad le dijo: «Vete, y no peques ya más» (Juan 8.11). La gracia invitó a un estafador llamado Zaqueo a ser el anfitrión de Jesús en un almuerzo. La verdad lo impulsó a vender la mitad de sus pertenencias y dar a los pobres (Lucas 19.1-8). La gracia lavó los pies de los discípulos. La verdad les dijo «. . . para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis así» (Juan 13.15). La gracia invitó a Pedro a bajarse del bote y a caminar sobre el mar. La verdad lo regañó por su falta de fe (Mateo 14.28-31).La gracia invitó a la mujer del pozo a beber agua eterna. La verdad, discretamente, le recordó que había tenido cinco maridos y que ahora convivía con su novio (Juan 4.4-18). Jesús tuvo la gracia suficiente para encontrarse con Nicodemo en la noche. Tuvo la verdad suficiente para decirle: «De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios» (Juan 3.3). Jesús ofrecía gracia pero con verdad. Gracia y verdad. La aceptación busca ofrecer ambas cosas. Si solo ofrecemos gracia, pasamos por alto la verdad. Si solo ofrece- mos verdad, descartamos el gozo de la gracia. Nuestra meta es lograr un equilibrio entre ambas cosas. ¡Ojalá ese equilibrio fuera fácil de lograr! Yo me he inclinado hacia ambas direcciones. He sido tan celoso de la verdad que he olvidado la gracia. He sido un abanderado de la tolerancia y he omitido la verdad. Recuerdo una ocasión en la que trataba de animar a una mujer cuyo matrimonio estaba en caos. Ella consideraba divorciarse. Su marido la maltrataba verbalmente, era probable que estuviera en adulterio. Continuará...

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