EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 87

MAX LUCADO 8- COSAS INCÓMODAS «Somos mejores que ustedes. Somos más inteligentes que ustedes. Somos más santos que ustedes». ¿Acaso es imposible tener una opinión sin que nos dé un ataque? El apóstol Pablo era crítico respecto del que «es un orgulloso que no sabe nada, y que tiene la mala costumbre de discutir sobre el significado de ciertas palabras. Con esto sólo causa envidias, enojos, insultos . . .» (1 Timoteo 6.4, TLA).«Si en algo no están de acuerdo con ellos, no discutan» (Romanos 14.1, TLA). Una cosa es opinar; otra cosa es pelear. Cuando percibes que el volumen aumenta y que los ánimos se caldean, cierra la boca. Es mejor quedarse callado y quedarse con un amigo que gritar y perderlo. Además: «¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo» (Romanos 14.4, NVI). Razonemos juntos. Trabajemos juntos. Y si la discusión falla, que el amor gane. «Y, ante todo tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados» (1 Pedro 4.8). Si el amor cubre una multitud de pecados, ¿acaso no podrá cubrir una multitud de opiniones? Necesitamos un interludio de calma en esta cacofonía de opiniones. En el otoño de 2003, Brian Reed servía en una unidad militar de Bagdad, Irak. Él y su unidad hacían patrullajes periódicos para proteger los vecindarios y forjar la paz. A menudo, era una labor ingrata e infructífera. Parecía que los ciudadanos estaban más interesados por recibir una mano con dinero que una que los defendiera. Brian decía que, todos los días, su unidad luchaba por mantener la moral alta. Continuará...

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