EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 89

MAX LUCADO 8- COSAS INCÓMODAS Más tarde, sonrieron, rieron, se dieron la mano y volvieron a orar. Había paz en Medio Oriente. Brian escribió: «Jesús estaba ahí. Apareció en el mismísimo lugar donde algunos de nosotros estábamos preparados para que nuestra fuerza aérea volara aquello de la faz de la tierra. Dios me habló esa tarde . . . Celebrar la Cena del Señor y recordar el sacrificio de Jesús por nuestros pecados fueron el constructor de puentes y el derribador de muros más importante que podríamos haber experimentado». Los opuestos a ti fueron unidos por la cruz de Cristo. En su libro, Streams of Mercy [Corrientes de misericordia], Mark Rutland hace referencia a una encuesta en la que se preguntaba a los estadounidenses cuáles eran las palabras que más les gustaría escuchar. Dice que adivinó la primera respuesta pero que nunca habría imaginado la segunda ni la tercera. La primera fue «Te amo». La segunda, «Te perdono». Pero la verdadera sorpresa fue la tercera respuesta: «La cena está lista». Aquellas tres afirmaciones resumen el mensaje de Jesús. Él vino con amor, con gracia y con una invitación a cenar. Para Mateo y sus amigos, la cena ocurrió en el antiguo Israel. ¿Y para ti, para mí y para todos los otros levíes del mundo? El banquete celestial superará nuestros sueños más profundos. Y nos sorprenderemos con los que veremos sentados a la mesa.

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