EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 96

MAX LUCADO 9- ALZA LA VOZ Amonéstense unos a otros. COLOSENSES 3.16, DHH Así lo hizo . . . avanzó directo y chocó con la parte trasera de un banco. No sé cómo esperaba yo que eso no pasara; el velo le tapaba la visibilidad. Se recompuso y partió otra vez, solo para volver a chocar con otro banco. No podía seguir el camino. Siguió avanzando por el pasillo, con pasos de pinball, hasta que varias personas, llenas de misericordia, se pusieron de pie y la guiaron hacia el altar. Lo que yo quería hacer era ilustrar la belleza de la novia. Sin embargo, al final, vimos la ilustración de nuestra necesidad de amonestación. Nosotros también nos tambaleamos de lado a lado. Nosotros también luchamos por encontrar nuestro camino. Cada uno de nosotros, en un momento u otro, necesita que alguien nos mantenga en el camino. Terminamos con la novia, de pie frente al altar, acompañada de seis personas riéndose entre dientes. ¿Tal vez sea esa la imagen de lo que nos espera a todos nosotros? En el día final, cuando estemos frente al altar de Cristo, agradeceremos la influencia de aquellos que dieron un paso adelante y alzaron la voz para ayudarnos. Tú puedes hacerlo. No te amilanes. Después de todo, eres embajador(a) de Cristo. ¿Pueden los embajadores quedarse en silencio? Eres hijo(a) de Dios. ¿Acaso los hijos no alzarían la voz en representación de su padre? Eres coheredero(a) junto con Cristo. ¿Pueden los herederos callar mientras las bendiciones están disponibles? Continuará...

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