EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 118

MAX LUCADO El Siguiente Paso Desafíate a ser feliz Para ese entonces, Pete Carroll era el entrenador principal de USC. Un amigo en común que tenía con la familia Olson le contó acerca de un niño que siempre había sido fan de los troyanos y que estaba a punto de perder la vista. Carroll se dispuso a llenar la mente de Jake de recuerdos futbolísticos de USC. Hizo arreglos para que Jake conociera a los jugadores, estuviera antes y después de las prácticas y blandiera la espada del líder de la banda tradicional y dirigiera la banda después del juego. Jake incluso viajó a Notre Dame con el equipo. Luego, llegó la oscuridad. Cuando, tras la cirugía, su salud estuvo lo suficientemente buena como para asistir a una práctica del equipo, lo recibieron como si hubiera ganado el Trofeo Heisman. Cuando Carroll comenzó a trabajar para los Seattle Seahawks, invitó a Olson a unirse a las bandas del equipo durante un juego. En esa oportunidad fue cuando el centro del equipo le preguntó a Olson si alguna vez había hecho un snap largo. La ceguera le impedía a Olson lanzar, taclear, bloquear y atrapar la pelota, ¿pero lanzar el balón por entre las piernas a un receptor que estaba a ocho yardas de distancia? Olson aprendió a hacerlo. Se convirtió en un sueño para él jugar en, al menos, un partido de USC. Para hacerlo realidad, los entrenadores de dos equipos tuvieron que conversar. Los jugadores de Western Michigan acordaron que los apoyadores externos no lo aplastarían. Los entrenadores de USC acordaron usar a Olson solo después de que, para cualquiera de los dos equipos, fuera imposible ganar el juego. Durante la Conferencia de los 12 del Pacífico, la universidad oficializó la decisión. Jake se puso el uniforme y esperó su oportunidad. Continuará...

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