TÚ Y TU CASA CAPÍTULO 12

El cristiano en el hogar C. H. Mackintosh LA CASA DEL SIERVO DE DIOS EN EL LIBRO DE NÚMEROS En el libro de los Números, los “niños” todavía nos son presentados. Ya hemos visto que el verdadero propósito de un alma en comunión con Dios era salir con sus hijos de Egipto. Ellos debían ser sacados de allí a toda costa; pero ni la fe ni la fidelidad de los padres cristianos terminaban allí. Debemos contar con Dios no solamente para sacarlos de Egipto, sino también para introducirlos en Canaán. A este respecto, Israel falló de una manera notable, pues, cuando los espías volvieron de Canaán, el pueblo, al oír su desalentador informe, pronunció estos tristes acentos: “¿Por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?” (Números 14:3). Terribles palabras eran éstas. De hecho, no hacían sino comprobar, en lo que toca a ellos, lo que tan astuta y ruinmente el Faraón había predicho respecto de esos mismos niños: “¿Cómo os voy a dejar ir a vosotros y a vuestros niños? ¡Mirad cómo el mal está delante de vuestro rostro!” (Éxodo 10:10). La incredulidad justifica siempre a Satanás y hace a Dios mentiroso, en tanto que la fe, por el contrario, justifica siempre a Dios y hace a Satanás mentiroso; y así como es invariablemente cierto que conforme a nuestra fe nos será hecho, también es igualmente cierto que la incredulidad cosechará lo que sembró. Así ocurrió con Israel, desdichado, a causa de su incredulidad. “Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto” (v. 28-32). “Limitaron al Santo de Israel” en cuanto a sus niños (Salmo 78:41; V.M.). Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario