GÉNESIS PARTE 21

Capítulo 2 EL DÍA SÉPTIMO Y EL RÍO El día séptimo: reposo de Dios El día séptimo pertenece a Israel y a la vida terrenal, mientras que el primer día de la semana pertenece a la Iglesia y a la vida celestial. Además, a Israel se le mandó que guardase el día séptimo, en tanto que la Iglesia recibe el privilegio de gozar del primer día de la semana. Aquél fue dado para poner a prueba la actitud moral del pueblo de Israel; en cambio éste es una evidencia palpable del estado de gracia en que la Iglesia se halla una vez para siempre. Aquél sirvió para indicar cuánto pudo hacer Israel por Dios; éste es una declaración de lo que Dios ha hecho por nosotros De ninguna manera es exagerado el énfasis puesto al señalar el valor y la importancia del día del Señor, es decir, “el primer día de la semana” que tenemos en el primer capítulo del Apocalipsis. Al referirse al día en que Cristo se levantó de entre los muertos, el texto sagrado manifiesta que el día debe ser guardado no como el que marca la terminación de la obra de la creación, sino el que marca el triunfo final y glorioso de la redención. Por lo tanto, no debemos considerar la guarda del día como cosa de obligación servil, o como un yugo sobre el cuello del cristiano. Debe ser para él un deleite guardar el día como una fuente de felicidad. Y por eso vemos que la Iglesia primitiva lo celebró de tal manera. Era el día en que se reunían para partir el pan en memoria del Señor. En esa época se mantenía la distinción marcada entre ese día y el día séptimo. Los judíos guardaron este último reuniéndose en sus sinagogas para leer “la ley y los profetas”. Los cristianos se juntaron el día siguiente para partir el pan. No hay ni un solo pasaje de la Escritura en el que se hable del día primero como “sábado”. Al contrario, los dos, guardados de una manera distinta, eran símbolos de doctrinas muy diferentes. ¿Por qué porfiar, pues, en defender aquello que no tiene fundamento en la Palabra? Amemos y honremos el día del Señor con toda reverencia, procuremos —como el apóstol Juan— “estar en el espíritu” en ese día, hagamos uso de sus horas de descanso para el recogimiento y la meditación, apartándonos por completo de toda obra secular. Continuará...

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