GÉNESIS PARTE 22
Capítulo 2
EL DÍA SÉPTIMO Y EL RÍO
El día séptimo: reposo de Dios
Pero llamemos el día por su nombre verdadero y démosle su propio lugar, reconociendo cuáles son los principios que le dan su razón de ser y su molde particular. Cuidémonos de sujetar al cristiano bajo una rígida ley de servidumbre, como lo fue la de observar el día séptimo, so pena de quebrantar un mandamiento de Dios. Antes, convidémosle a gozar de un alto privilegio mediante la observancia del día primero. No le hagamos bajar del cielo, donde tiene un verdadero descanso en Cristo, para estar en este mundo maldito y manchado de sangre, donde nadie tiene descanso. No le demandemos que guarde el día en que su Señor estuvo en la tumba, en lugar de celebrar el día en que su Redentor salió de ella. (Compárense cuidadosamente Mateo 28:1-6; Marcos 16:1, 2; Lucas 24:1; Juan 20:1, 19, 26; Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10; Hechos 13:14; 17:2; Colosenses 2:16).
Un reposo venidero
No se crea que hemos perdido de vista el muy importante hecho de que el sábado tendrá que ser celebrado otra vez en la tierra de Israel y en todo el mundo. Seguramente que sí. “Queda un reposo para el pueblo de Dios” (Hebreos 4:9). Llegará el día en que el Hijo de Abraham, el Hijo de David, el Hijo del Hombre asumirá su posición de gobernante de toda la tierra, y entonces amanecerá un sábado glorioso, un descanso no interrumpido por el pecado. Mientras tanto, Él es el rechazado, y todos los que le aman tienen que tomar sus lugares con Él en su rechazamiento. Continuará...
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