GÉNESIS PARTE UNO
Capítulo 1
POTESTAD Y MAJESTAD DE DIOS EN LA OBRA DE LA CREACIÓN
Muy notable, de veras, es la manera en que el Espíritu Santo comienza este libro sublime. Se nos presenta a Dios en la plenitud de su poder infinito y en la grandeza solitaria de actos sublimes e inconmensurables. Empero toda materia extraña y todo preámbulo se excluyen de la historia. Nos hallamos desde luego en contacto directo con Dios. Parece que le oímos en esos momentos solemnes en que rompe el silencio mundial y, alumbrando las tinieblas del caos terrestre con la presencia de su rostro, proclama su propósito de preparar una esfera en la que pueda desplegar con toda amplitud su poder y majestad eternos.
No hay nada en esta historia que aliente una vana curiosidad, nada que sirva de base para las pobres especulaciones humanas. Más bien, se siente la realidad divina que ejerce su poder moral sobre la conciencia y el entendimiento. El Espíritu Santo no se conformaría nunca con presentar una serie de teorías para alimentar la curiosidad de algunos. Los geólogos son libres de penetrar hasta las entrañas de la tierra y sacar de ellas material con que modificar o contradecir la historia divina. A ellos les toca examinar cada fósil y hacer sus deducciones correspondientes, pero ninguna de sus declaraciones hace titubear la fe del sincero discípulo que halla todo su deleite en las palabras inspiradas. Lee, cree y adora a Dios. Con el mismo espíritu de humildad prosigamos nuestro estudio del libro que tenemos abierto delante de nosotros. Que Dios nos permita “inquirir en su templo” (Salmo 27:4). Ojalá que todas nuestras indagaciones, hechas con el fin de saber la verdad en cuanto a esta escritura, sean dirigidas por un espíritu de sinceridad y reverencia.
Continuará...

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