7- La sabiduría ecléctica Parte 2

 


7- La sabiduría ecléctica Parte 2

Trato hecho

Un día, después de que se fuera a la escuela, fue como si el Señor me llamara la atención, diciéndome: —¿No te das cuenta de que cada mañana le dices lo mismo a tu hija? «Vaya facha que tienes.» Cuando llega a la escuela y sus compañeras hablan de lo anticuadas que son esas madres que se quejan todo el tiempo, a ella nunca le faltan comentarios que hacer. ¿Te has fijado alguna vez en el aspecto de las demás niñas de su clase? ¿Por qué no les echas un vistazo?

Ese día fui con el coche a buscarla y me di cuenta de que el aspecto de muchas de las otras chicas todavía era peor. Camino de casa, le comenté lo exagerada que había sido mi reacción cuando me la encontré estropeando sus vaqueros y le ofrecí un pacto: —En lo sucesivo, puedes ponerte lo que quieras para ir a la escuela y estar con tus amigas, yo no te molestaré por eso. —Será un alivio. —Pero cuando vengas conmigo a la iglesia o salgamos de compras o vayamos a casa de una amiga mía, me gustaría que, sin tener que decírtelo, te pusieras algo de lo que tú ya sabes que a mí me gusta.

Como vi que se quedaba pensando, añadí: —Eso significa que el noventa y cinco por ciento de las veces haces lo que a ti te gusta, y el cinco por ciento, lo que me gusta a mí. ¿Qué te parece? Le brillaron los ojos mientras me tendía la mano: —Mamá, ¡trato hecho! Desde entonces, me despido alegremente de ella cada mañana, sin comentarios fastidiosos sobre su ropa. Y cuando salgo y la llevo conmigo, se viste como a mí me gusta sin ninguna queja. ¡Ya tenemos cerrado el trato!

Florence Littauer


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