DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 10

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 10

Introducción

“Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:… He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones?” (Jeremías 7:3, 8-10). Y leemos también, como uno de los caracteres particulares de los últimos tiempos, que los hombres “tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella” (2 Timoteo 3:5). La forma o apariencia conviene al corazón mundano, porque sirve para guardar la conciencia confortable, mientras que el corazón goza del mundo con todos sus atractivos. ¡Qué ilusión! ¡Cuán necesaria es la exhortación del apóstol: “Apártate también de los tales” (2 Timoteo 3:5, VM)! La obra maestra de Satanás consiste en amalgamar las cosas exteriormente cristianas con las que son decididamente profanas, y él seduce mucho más por este medio que por otros. Necesitamos una gran sagacidad espiritual para descubrir esta trampa. ¡Quiera el Señor concedérnosla, pues él sabe lo mucho que la necesitamos! 

Sin detenernos más en las valiosas enseñanzas de los capítulos 5 y 6, pasaremos a considerar brevemente la feliz restauración de Israel, bajo el ministerio del “sacerdote fiel”. Israel tuvo que lamentar la ausencia del arca y hacer el duelo durante varios días; los espíritus languidecían bajo la influencia desecante de la idolatría, y, por fin, los afectos comenzaron a volverse hacia Jehová. Pero, en este mismo despertar, podemos ver hasta qué punto el pueblo  había descendido. Siempre ocurre así. Continuará...


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