DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 26

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 26

1- DAVID ES UNGIDO REY 

Sin embargo, Samuel fue llamado a entrar en los pensamientos de Dios con respecto a Saúl. “¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado?”. La comunión con Dios nos conduce siempre a estar conformes con Sus caminos. El sentimentalismo puede llorar por las grandezas perdidas, pero la fe echa mano de la gran verdad de que el infalible consejo de Dios debe permanecer, y que él hará todo cuanto quiera (Isaías 46:10). La fe no podría derramar una sola lágrima por Agag, ni por un Saúl rechazado, porque siempre está en armonía con el pensamiento de Dios, ya sea que a Él le plazca rebajar o elevar a alguien. Hay una inmensa diferencia entre el sentimentalismo y la fe: mientras el primero se sienta a llorar, el otro se levanta y llena su cuerno de aceite. 

Es bueno examinar bien este contraste. Somos muy propensos a dejarnos llevar por el mero sentimiento, lo que es a menudo extremadamente peligroso. En la medida en que proviene de la naturaleza, habrá de fluir en una corriente diferente de la corriente de los pensamientos del Espíritu de Dios. Ahora bien, el remedio más eficaz contra la nefasta actividad del sentimiento, es una firme, profunda, cabal y permanente convicción de la realidad del propósito de Dios. En presencia de esta convicción, el sentimentalismo se marchita y muere, mientras que la fe vive y florece en la atmósfera de los pensamientos de Dios. La fe dice: “Yo te alabo, oh Padre”, para los acontecimientos y las circunstancias, los propósitos y los consejos, que asestan el golpe mortal a las emociones del sentimentalismo. Este importante principio está puesto ante nosotros de manera muy notable en el primer versículo del capítulo 16: “¿Hasta cuándo estarás lamentando?... Llena tu cuerno de aceite, y anda, que yo te enviaré a Isaí bet-lehemita; porque de entre sus hijos me he provisto de rey” (VM). Sí; “¿hasta cuándo te estarás lamentando?”, es la cuestión. El dolor humano se hace sentir hasta que el corazón haya encontrado el reposo en los abundantes recursos del Dios de bondad. Continuará...


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