DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 30

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 30

1- DAVID ES UNGIDO REY

 El pueblo eran las ovejas de Jehová, y David, como su pastor establecido sobre ellas por Jehová, las guardaba sobre los montes de Israel, de la misma manera que había guardado las ovejas de su padre en los lugares apartados cerca de Belén. No cambió su carácter cuando fue del redil al trono y cuando cambió el cayado por el cetro. No; todavía era el pastor, y sentía la responsabilidad de proteger a las ovejas del Señor contra los leones y los osos que merodeaban siempre alrededor del rebaño. La alusión del profeta al verdadero David es muy bella y conmovedora, cuando habla de Israel en los días venideros: “Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado” (Ezequiel 34:22-24). En el capítulo 10 de Juan, el Señor se presenta como el fiel y buen Pastor, que ama y cuida a su rebaño; y no podríamos dudar de que las palabras del Señor en el capítulo 6 del mismo evangelio, hacen más o menos referencia a su carácter de pastor: “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”. Tenemos aquí un importante principio de verdad. Independientemente de su amor personal por las ovejas, amor tan maravillosamente demostrado por su vida y su muerte, el Señor Jesús, en el pasaje que acabamos de citar, se presenta como responsable ―voluntariamente, sin duda― hacia su Padre, de guardar cada oveja de su preciado y amado rebaño a través de todas las vicisitudes de su curso, e incluso en la muerte, y de presentarla en el día postrero en la resurrección en gloria. Tal es el Pastor a quien la mano del Padre nos confió; y ¡cómo nos ha provisto para el tiempo y para la eternidad, colocándonos en tales manos, en las manos de un Pastor siempre vivo, todopoderoso, que siempre nos ama, cuyo amor las muchas aguas no pueden apagar, cuyo poder ningún enemigo puede resistir, que tiene en su mano las llaves de la muerte y del Hades, y que adquirió su derecho sobre su rebaño poniendo su vida por él! Continuará...


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