DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 41

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 41

2- EL VALLE DE ELA

Cuando David declaró su fe de forma clara e inequívoca en la presencia y el poder de Jehová, Saúl añadió: “Ve, y Jehová esté contigo” (v. 37). Pero ¡qué poco comprendía lo que implicaba el hecho de tener a Jehová consigo! Parecía confiar en Jehová, pero, en realidad, confiaba en su armadura. Si hubiese comprendido bien el alcance de sus palabras, ¿cómo habría pensado en vestir a David con su armadura? “Jehová esté contigo”, era, en boca de Saúl, una mera expresión de uso común y formularia. De hecho, esto no significaba nada, porque no tenía la más remota idea de lo que era para David ir simplemente con el Señor. 

Es bueno detenernos un momento a considerar, y señalar claramente, el mal que hay en el hecho de emplear palabras que, en lo que se refiere a nosotros, no significan nada, pero que, en el fondo, toman el nombre y la verdad del Señor con ligereza. Cuán a menudo hablamos de confiar en el Señor cuando, en realidad, nos apoyamos en alguna circunstancia o en un conjunto de circunstancias. Cuán a menudo hablamos de vivir día a día en la simple dependencia de Dios, cuando, si juzgáramos delante de él la verdadera condición de nuestras almas, encontraríamos que en realidad íbamos en busca de recursos humanos o terrenales. Se trata de un serio mal, contra el cual debemos guardarnos muy cuidadosamente. Es justamente lo que manifestó Saúl, cuando, habiendo hecho uso de la aparentemente piadosa expresión: “Jehová esté contigo”, comenzó a vestir “a David con su armadura, y le puso un yelmo de bronce sobre la cabeza, y vistióle su loriga” (v. 38, VM). No tenía idea de que David combatiría de una manera diferente de la habitual. Sin duda, hacía profesión de que era en el nombre de Jehová, pero pensaba que David debía emplear medios ordinarios. Sucede a menudo que al hablar de emplear medios, en realidad uno excluye totalmente a Dios. Profesamos emplear medios en la dependencia de Dios cuando, en realidad, sólo empleamos el nombre de Dios mientras dependemos de los medios. Esto, prácticamente, y según el juicio de la fe, es hacer un Dios de los medios. Continuará...


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