CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 19

4 - LA VERDADERA NATURALEZA DE LA CONVERSIÓN los dos últimos versículos de nuestro capítulo (1 Tesalonicenses 1) exigen nuestra muy especial atención. Ellos proporcionan una notable declaración de la verdadera naturaleza de la conversión. Ellos muestran, muy distintivamente, la profundidad, claridad, plenitud, y realidad de la obra del Espíritu de Dios en aquellos Tesalonicenses convertidos. No había equivocación al respecto. Llevaba sus propias credenciales con ella. No era una obra incierta. No requería un examen cuidadoso antes que pudiese ser acreditada. Se trataba de una obra de Dios manifiesta, inequívoca, cuyos frutos eran evidentes para todos. "Porque ellos cuentan de nosotros cuál entrada tuvimos á vosotros; y cómo os convertisteis de los ídolos á Dios, para servir al Dios vivo y verdadero. Y esperar á su Hijo de los cielos, al cual resucitó de los muertos; á Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir." (1 Tesalonicenses 1: 9, 10 - RVR1909). Aquí, entonces, tenemos una clara definición de la conversión - breve, pero completa. Se trata de un convertirse de, y un volverse a. Ellos se convirtieron de los ídolos. Hubo un completo rompimiento con el pasado, una actitud de dar la espalda, de una vez y para siempre, a su vida y costumbres anteriores; una renunciación completa a todos esos objetos que habían gobernado sus corazones y regido sus energías. Esos queridos Tesalonicenses fueron conducidos a juzgar, a la luz de la verdad divina, su curso previo completo, y no sólo a juzgarlo, sino a abandonarlo abiertamente. No fue un trabajo a medias. No hubo nada vago o inequívoco acerca de él. Fue una época marcada en la historia de ellos - un gran momento crucial en la carrera moral y práctica de ellos. No se trató de un mero cambio de opinión, o de la recepción de una nueva colección de principios, una cierta alteración en sus opiniones intelectuales. Continuará...

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