CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 6


CONVERSION ¿QUÉ ES?

               1 - CONVERSIÓN GENUINA 

Exhortamos solemnemente al lector inconverso en este nuestro artículo de apertura para el año 1878, para que fije su atención a la cuestión importantísima de la salvación de su alma. Que ni las preocupaciones, ni los placeres, y tampoco los deberes lo mantengan ocupado de tal manera que oculte de su vista la magnitud y la profunda seriedad de este asunto. "Pues, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su alma? Porque, ¿qué dará el hombre en rescate por su alma?" (Marcos 8: 36, 37 - RVA). 

¡Oh! lector, si no eres salvo, si no te has convertido, permítenos rogarte fervientemente que ponderes estas cosas. Si Dios lo permite, esperamos, en un artículo futuro, exponer qué es la conversión - cómo es llevada a cabo, y qué involucra. Pero, por ahora, parece que estamos constreñidos en forma de un deber solemne, a procurar despertarte a un sentido de tu necesidad de ser convertido a Dios y salvo. Esta es la única manera de entrar a Su reino. Así nos dice claramente nuestro Señor Cristo; y esto te confiamos ahora, por lo menos, que ni una jota ni una tilde de Sus dichos santos podrán jamás pasar. El cielo y la tierra pasarán; pero Su palabra no puede pasar nunca. Todo el poder de la tierra y del infierno, hombres y diablos, no pueden anular las palabras de nuestro Señor Jesucristo. Una de las dos cosas son para ti - conversión aquí, o condenación eterna de aquí en adelante. Esta es la situación si nosotros hemos de guiarnos por la Palabra de Dios; y, en vista de esto, ¿es posible que nosotros seamos demasiado fervientes, demasiado vehementes, demasiado inoportunos insistiendo ante toda alma inconversa con la cual podemos ponernos en contacto, ya sea por medio de nuestra voz o de nuestra pluma, acerca de la necesidad indispensable, en este mismo momento, de huir de la ira venidera, huyendo hacia aquel bendito Salvador quien murió en la cruz para nuestra salvación; quien está con los brazos abiertos para recibir a todos aquel que viene; y quien anuncia Su propia dulce y preciosa gracia, "Al que a mí viene, de ningún modo le echaré fuera."? (Juan 6:37 - RVR77). 

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