CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 38

6 -¡0H, QUE LOS HOMBRES PIENSEN EN ESTO A TIEMPO! ¿Puede el hombre hacerlo de mejor forma para mí? Ciertamente no. Dios ve el final desde el principio. Él conoce todas las cargas, todas las pertenencias, todas las raíces y asuntos de mi caso. Él es un guía infalible. Su sabiduría es inerrante, y además Él me ama perfectamente. ¿Dónde podría yo hallar un mejor guía? ¿Estoy en necesidad? Yo puedo acudir a Dios acerca de ello. Él es el Poseedor de los cielos y la tierra. Los tesoros del universo están a Su disposición. Él me puede ayudar, si ve que ello es bueno para mí; y si no lo es, la presión será mucho mejor para mí que el alivio. "Mi Dios suplirá toda necesidad vuestra, conforme a sus riquezas en gloria, en Cristo Jesús." (Filipenses 4:19 - VM). ¿No es esto suficiente? ¿Por qué buscar un arroyo de la criatura? ¡Qué pobre cosa es dar a conocer nuestras necesidades a un ser humano! Es en realidad renunciar, hasta ese punto, al terreno de la fe, a la vida de sencilla dependencia en Dios. Es, en realidad, deshonrar a nuestro Padre. Si yo solicito ayuda a mi semejante, ello es equivalente a decir que Dios me ha fallado. Es realmente traicionar a mi Padre amoroso que me ha tomado, cuerpo, alma, y espíritu, para hacerlo por mí ahora y por los siglos. Él se ha comprometido a proveer para todas mis necesidades, por muchas que ellas sean, por grandes que ellas sean, por variadas que ellas sean. "El que aun a su propio Hijo no perdonó, ántes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos ha de dar también con él gratuitamente todas las cosas?" (Romanos 8:32 - RV1865). Pero algunas veces nosotros oímos a personas decir que el Señor les ha dicho, o que ha puesto en sus corazones, acudir a algún recurso humano. Esto es, realmente, muy cuestionable. No es de ninguna manera probable que nuestro Dios nos condujera alguna vez a abandonar la Fuente de aguas vivas, y a recurrir por nosotros mismos a alguna cisterna rota. Su Palabra es, "¡. . .clama a mí" - no a tu semejante - "en el día de angustia; yo te libraré, y tú me glorificarás!" (Salmo 50:15 - VM). Es verdad que Dios utiliza a la criatura para satisfacer nuestra necesidad; pero este es un asunto completamente diferente. El bendito apóstol podía decir, "Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito." (2 Corintios 7:6). Pablo buscaba consuelo de parte de Dios, y Dios envió a Tito para consolarle, Si Pablo hubiese buscado a Tito, él habría sido decepcionado. Así en todos los casos. Nosotros debemos referirnos inmediata y exclusivamente a Dios en todas nuestras necesidades. 'Nosotros nos hemos vuelto (convertido) de los ídolos a Dios"; y por eso, en toda necesidad Él es nuestro recurso seguro. Podemos ir a Él a buscar consejo, socorro, guía, compasión, a buscar todo. "¡En Dios solamente confía callada, oh alma mía; porque de él depende mi esperanza! Él solo es mi roca y mi salvación; mi refugio es, no seré movido." (Salmo 62: 5, 6 - VM). ¿Nos conducirá esta muy bienaventurada costumbre de mirar solamente a Dios a subestimar los canales a través de los cuales Su preciosa gracia fluye hacia nosotros? Exactamente al contrario. ¿Cómo puedo yo subestimar a uno que viene a mí directamente de Dios, como Su instrumento manifiesto, a satisfacer mi necesidad? Imposible. Pero yo lo valoro como un canal, en lugar de acudir a él como a una fuente. Esto hace toda la diferencia. Nunca debemos olvidar que la conversión verdadera significa que nosotros somos traídos a Dios; y, muy ciertamente, si somos traídos a Dios, es para que hallemos en Él un velo perfecto para nuestros ojos, un objeto perfecto para el corazón, un recurso perfecto en todas nuestras necesidades, desde la primera a la última. Un alma verdaderamente convertida es una que se vuelve de todas las confianzas puestas en la criatura, de las esperanzas humanas, y de las expectativas terrenales, para hallar todo lo que ella necesita en el Dios vivo y verdadero, y eso, para siempre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario