LA PLENA SUFICIENCIA DE CRISTO CAPÍTULO 40

5- VERDADERA PAZ DE CONCIENCIA Y AUTÉNTICO REPOSO DE CORAZÓN Toda alabanza y acción de gracias sean dadas a nuestro Dios de que no necesitamos nada de eso. El nos ha dado en su Hijo amado todo lo que nos es necesario para la conciencia, el corazón y el camino para el tiempo, con todas sus escenas cambiantes, y para la eternidad, con sus infinitas edades. Bien podemos decir, como el poeta: Cristo, encuentro todo en Ti, Y no necesito más; No falta, no puede faltar, nada en el Cristo de Dios. Su expiación y su intercesión bastan para satisfacer todos los anhelos de la conciencia más profundamente ejercitada. Las glorias morales, los poderosos atractivos, de su Persona divina bastan para satisfacer las más intensas aspiraciones y los más fervientes anhelos del corazón. Y su incomparable revelación —ese inapreciable Volumen— contiene dentro de sus tapas todo lo que podamos necesitar, desde el principio hasta el fin de nuestra carrera cristiana en este mundo. Querido lector, ¿no son así estas cosas? (véase Hechos 17:11) ¿No admite usted, desde el fondo mismo de su ser moral renovado, que estas cosas son verdad? Si es así, ¿descansa, en absoluta calma y reposo, en la obra de Cristo? ¿Se deleita en su Persona? ¿Se somete, en todo, a la autoridad de su Palabra? ¡Quiera Dios que así sea con respecto a usted y a todos los que profesan Su nombre! ¡Ojalá haya un testimonio más pleno, más claro y más decidido de la «plena suficiencia de Cristo», “hasta aquel día”!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario