COLECCION DE ESCRITOS MISCELANEOS TOMO 1 CAPÍTULO 67

Tomo I 11- JESÚS DESAMPARADO DE DIOS Salmo 22 Y agrego algo más todavía. Viene el día en el cual esta tierra no estará más llena de gemidos, sino de aleluyas, día en el cual toda criatura tendrá parte en el coro de bendiciones, en el cual el cielo y la tierra estarán llenos de gozo y de gloria. Pero jamás vendrá un día en el cual irrumpa una alabanza como la que Él comenzó aquel día. No es posible que aquellos que alaban con Cristo, habiendo sido llevados a tal asociación de bendición, puedan perderla —jamás la perderán—; pero si la alabanza comenzó con él, entonces ella será la de ellos para siempre, pero solamente será suya con Él en medio de ellos; y este salmo lo prueba de una manera tanto más llamativa por cuanto fue escrito especialmente en vista del pueblo terrenal. La alabanza del día de la resurrección es particular, porque es la de Cristo en medio de la congregación, es decir, en medio de sus hermanos. ¿Quién podría anunciarlo como Él? ¿Cuándo habría podido anunciarlo, sino cuando resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, y después de haber estado en el polvo de la muerte por el pecado? Nadie más que él podía sentir hasta lo más profundo lo que fue ser desamparado por Dios y no ser oído cuando clamaba a él. Pero ahora, habiendo sido oído “desde los cuernos de los búfalos”, entra como el hombre resucitado en la luz y la gloria de Dios, brillando para siempre en virtud de su propio sacrificio aceptado por Dios, y anuncia a sus hermanos el nombre (y nosotros mismos podemos decirlo ahora) de su Padre y el de ellos, de su Dios y el de ellos. Así, en medio de la Iglesia librada para siempre por él y en él, canta la alabanza. ¡Oh, qué alabanzas las de Cristo, ahora librado de tan grande muerte! ¿Pero acaso no son también las nuestras? ¿Y no las canta acaso “en medio de” nosotros? ¡Qué carácter le imprime esta comunión a la adoración de la Iglesia! Ahora que el pecado fue juzgado como no podrá serlo nunca más, que Aquel que fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios, la alabanza de Cristo solamente da una justa y completa idea de lo que conviene a la Iglesia de Dios. Continuará...

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