COLECCION DE ESCRITOS MISCELANEOS TOMO 1 CAPÍTULO 70

Tomo I 11- JESÚS DESAMPARADO DE DIOS Salmo 22 Esto nos lleva a una nueva escena, en los versículos siguientes, que nos ayudará a comprender mejor lo que ya he tratado de explicar. El Mesías dice aquí: “De ti será mi alabanza en la gran congregación” (v. 25). Así pues, la “gran congregación” se distingue de “la congregación” del versículo 22 en la cual vemos claramente que es la Iglesia la que lo rodea a Él, cuando ha resucitado de entre los muertos; mientras que en el versículo 25 leemos: “De ti será mi alabanza en la gran congregación”. Nótese que aquí no es “en medio de ellos”; no se habla aquí de ninguna asociación con Cristo. En el capítulo 20 del Evangelio de Juan encontramos también lo que corresponde a la gran congregación. Este capítulo ya nos dio la ilustración y también el cumplimiento del anuncio de su nombre a sus hermanos, y de la congregación en medio de la cual Él alaba. En efecto, Tomás vino ocho días después y, cuando su incredulidad fue puesta de manifiesto, exclamó: “Señor mío, y Dios mío”. No se insinúa ni una palabra acerca de “mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios”. Ya no se describe más aquí la asociación de Cristo con sus discípulos, sino otra confesión que la gracia sacará de la “gran congregación”, como lo hizo de Tomás, cuando el remanente del pueblo de Israel se arrepienta y confiese a su Mesías despreciado y rechazado durante tan largo tiempo. Este remanente también dirá entonces: “¡Señor mío, y Dios mío!”. Es una sorprendente imagen de lo que Israel conocerá y confesará en aquel día (compárese con Zacarías 12:10-14). ¡Qué grande será la alabanza! Continuará...

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