ACÉRCATE SEDIENTO Parte 18

 


ACÉRCATE SEDIENTO Parte 18

Primera parte Acepta Su Obra

DOS: Vacuna contra el pecado

Pagamos un alto precio por esa obsesión con nuestro ego. «Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios» (Romanos 8.8). A Dios no le agrada que lo ignoren. Pablo se refiere a los pecadores cuando describe a aquellos que... ...habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido… Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos (Romanos 1.21, 24).

Todos hemos visto el caos. El esposo que ignora a su esposa. El dictador que masacra a millones. Hombres pervertidos que seducen a los jóvenes y pequeños inocentes. Jóvenes que hacen propuestas indecentes a sus mayores. Cuando tú haces lo que quieres y yo hago lo que quiero y nadie se interesa en lo que Dios quiere, la humanidad se destruye a sí misma. La infección de un individuo conduce a la corrupción del resto de la población. Como Joseph Alleine escribió: «Cuán miserable eres, hombre, ¡en qué monstruo deforme te ha convertido el pecado! Dios te hizo un poco menor que los ángeles, y el pecado te ha hecho un poco mayor que los demonios». Si Dios es excluido, solo puede esperarse caos en la tierra y, lo que es peor, miseria eterna.

Dios lo ha dicho claramente. La plaga del pecado no podrá pasar por las puertas de su palacio. Las almas infectadas jamás recorrerán sus calles santas. «¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios» (1 Corintios 6.9- 10). Los que usan y abusan de sí mismos y de la creación jamás serán ciudadanos del cielo porque Dios jamás negociará con ellos su pureza espiritual infinita. Continuará...


No hay comentarios.:

Publicar un comentario