ACÉRCATE SEDIENTO Parte 30

 


ACÉRCATE SEDIENTO Parte 30

TRES Cuando la gracia actúa profundamente

Sumérgete y deja que tu alma se refresque en el profundo pozo de este pasaje bíblico. La próxima vez que soplen los vientos áridos del desierto que te definen conforme a las luchas y debilidades de ayer, extiende tu mano para tomar la copa de gracia de Dios y bebe sin detenerte. La gracia define quién eres. El padre a quien no puedes agradar está tan equivocado como el tío bonachón y alcahuete al que nunca puedes defraudar. La gente no tiene soberanía, solo Dios la posee en absoluto. Según Él, tú eres suyo. Punto. «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas» (Efesios 2.10).

Imagínate que Mefiboset hubiera visto este versículo. Imagina que alguien en aquel tiempo en Lodebar le hubiera dicho: «No te desalientes, amigo, sé que no puedes danzar ni correr. Otros patean el balón mientras tú te quedas mirando por la ventana, pero escúchame, Dios fue quien escribió tu historia. Él te ha puesto de protagonista en su drama. De aquí a tres mil años tu historia será una bella ilustración de la gracia divina para los lectores del siglo veintiuno». ¿Le habría creído? No sé, pero mi oración es que tú lo creas. Tú formarás parte de la exhibición de obras maestras de Dios, como testimonio imperecedero en su galería de la gracia. Hace más de cien años, unos pescadores departían en el comedor de una posada junto al mar en Escocia, intercambiando anécdotas de pesca. Uno de ellos hizo grandes gestos para describir el tamaño de un pez que había escapado. Continuará...


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