ACÉRCATE SEDIENTO Parte 31

 


ACÉRCATE SEDIENTO Parte 31

TRES Cuando la gracia actúa profundamente

Su brazo cayó sobre la bandeja del té que llevaba la criada y la tetera salió volando hasta pegar contra la pared, donde su contenido dejó una mancha indefinida de color marrón. El dueño de la posada examinó el daño y se lamentó: «Voy a tener que volver a pintar toda la pared». «Tal vez no», sugirió un extraño. «Permítame trabajar en la pared». Como no tenía nada que perder, el propietario aceptó la singular oferta. El hombre sacó lápices, pinceles, óleos y pigmentos de su maletín de artista. Trazó unas líneas alrededor de las manchas y aplicó sombras y colores entre las salpicaduras de té. Después de un tiempo, empezó a surgir una imagen definida: Un gamo de cornamenta formidable. El hombre puso su firma en la parte de abajo, pagó su comida y se fue. Su nombre: Sir Edwin Lanseer, famoso pintor de la vida silvestre. En sus manos, un error se convirtió en una obra maestra.

Las manos de Dios hacen lo mismo, una y otra vez. Él pinta encima y alrededor de los borrones dislocados de nuestra vida y los convierte en una expresión hermosa de su amor. Llegamos a convertirnos en obras maestras por «las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros» (Efesios 2.7). ¿Quién determina tu identidad? ¿Qué te define? ¿El día en que te estrellaste contra la pared? ¿O el día en que fuiste llevado a la mesa del Rey? Recibe la obra de Dios. Bebe hasta el fondo de su manantial de gracia. A medida que la gracia llega a lo profundo de tu alma, Lodebar se convertirá en un punto en el espejo retrovisor. Los días tenebrosos nunca más definirán quién eres. Ahora estás en el palacio. Además, ahora sabes qué decir a los hermanos mayores del mundo. Ya no es necesario afanarse por mantener limpia una túnica ni seguir reglas para portar un anillo. Tus obras no te salvarán y tus obras tampoco te mantienen salvo. La gracia sí. La próxima vez que el hermano mayor empiece a gruñir más fuerte que un par de perros rabiosos, afloja tus sandalias, ponte el anillo en el dedo que quieras y cita al apóstol de la gracia que dijo: «Por la gracia de Dios soy lo que soy» (1 Corintios 15.10).  


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