EL REMANENTE Capítulo 17

Tal es, pues, la posición, la condición y la práctica del verdadero remanente cristiano. Y podemos estar seguros de que cuando estas cosas son realizadas y llevadas a cabo, se experimentará un tan riquísimo deleite en Cristo, una tan plena comunión con Dios y un tan claro testimonio de la gloriosa verdad del cristianismo del Nuevo Testamento como jamás se vio siquiera en los días más esplendorosos de la historia de la Iglesia. En una palabra, tendrá lugar aquello que glorifique el nombre de Dios, que regocije el corazón de Cristo y que hable con vivo poder al corazón y a la conciencia de los hombres. Quiera Dios, en su infinita bondad, concedernos la gracia de ver estas brillantes realidades en este día sombrío y malo, de manera de ser un nuevo ejemplo de este gran hecho de que cuanto mayor es la ruina, más rica es la gracia; y cuanto más profundas son las tinieblas, más brillantes son los destellos de la fe individual. Echemos todavía una ojeada a los mensajes dirigidos a las cuatro últimas de las siete iglesias mencionadas en los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis. La iglesia de Tiatira nos brinda la historia de la Iglesia durante esos largos y tristes siglos de la Edad Media, cuando densas tinieblas cubrían la tierra, y cuando el papado —la mancha moral más negra que jamás ha conocido el Universo— reinaba con el consabido carácter de Jezabel. En el mensaje dirigido a la asamblea de Tiatira se observa un pronunciado cambio, cuando uno lo compara con los tres precedentes, indicado por tres hechos notables: 1. Por primera vez encontramos un mensaje que hace referencia a un remanente. 2. Allí también leemos por primera vez acerca de la venida del Señor. 3. Vemos que la exhortación a oír ya no se dirige más a la Asamblea, sino al vencedor. Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario