EL YUGO DESIGUAL Capítulo 23

3- EL YUGO DESIGUAL RELIGIOSO Al echar ahora una ojeada al aspecto religioso del yugo desigual, quisiera asegurarle a mi lector que no es de ninguna manera mi deseo herir los sentimientos de nadie describiendo las pretensiones de las diferentes denominaciones que veo alrededor de mí. No es ésa en absoluto mi intención. El tema de este escrito es lo suficientemente importante como para que uno le haga sombra mediante la introducción de otras ideas. Además, es demasiado preciso como para permitir semejante mezcla. Nuestro tema es El yugo desigual, y en él habremos de centrar nuestra atención. Al recorrer las Escrituras, hallamos innumerables pasajes que expresan ese espíritu de separación que debería siempre caracterizar al pueblo de Dios. Ya sea que nuestra atención se dirija hacia el Antiguo Testamento —en el cual vemos a Dios en sus relaciones con su pueblo terrenal, Israel, y en sus tratos con él—, o que se fije en el Nuevo Testamento, en el que tenemos las relaciones de Dios con su pueblo celestial, la Iglesia, y sus tratos con ella, encontramos la misma verdad puesta en evidencia de manera prominente, a saber, la entera separación de aquellos que pertenecen a Dios. La posición de Israel es reafirmada así en la parábola de Balaam: “He aquí que este pueblo habitará solo[4] , y entre las demás naciones no será contado” (Números 23:9; V.M.). Su lugar estaba fuera de todas las naciones de la tierra, y ellos eran responsables de mantener esta separación. A lo largo de los cinco libros de Moisés, ellos son instruidos, advertidos y amonestados a ese respecto; y en los Salmos y los Profetas se registran sus fracasos relativos al mantenimiento de esta separación; fracasos que, como lo sabemos, atrajeron sobre sí los severos juicios de la mano de Dios. Este breve artículo se transformaría en un volumen si tan sólo me propusiese citar todos los pasajes que se refieren a este punto. Doy por sentado que mis lectores conocen lo suficiente su Biblia como para hacer innecesarias tales citas. Pero si el lector no estuviere lo suficientemente versado en el estudio de su Biblia, puede buscar en su Concordancia los pasajes donde se hallan las palabras “separar” y “separación”, las que bastarán para darle un panorama de todo el conjunto de evidencias que la Escritura aporta sobre este tema. El pasaje de Números que acabo de citar es la expresión de los pensamientos de Dios acerca de su pueblo Israel: “He aquí que este pueblo habitará solo.” Continuará...

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