EL YUGO DESIGUAL Capítulo 34

4- EL YUGO DESIGUAL FILANTRÓPICO ¿Puede el cristiano adherir a este juicio? ¿Podrá ponerse bajo yugo con tales hombres? ¿Podrá proponerse mejorar el mundo sin Cristo? ¿Podrá unirse a aquellos que buscan adornar y embellecer una escena que está manchada con la sangre de su Maestro? Pedro pudo decir: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda” (Hechos 3:6). Pedro quiso sanar a un inválido por el poder del nombre de Jesús, pero ¿qué habría dicho si alguien le hubiera propuesto unirse a un comité o a una sociedad para asistir a los inválidos, con la condición de dejar totalmente de lado ese nombre? Podemos, sin grandes esfuerzos de la imaginación, concebir lo que habría contestado. Habría repudiado con toda su alma semejante pensamiento. Él sanó al inválido solamente con el fin de exaltar el nombre de Jesús, de manifestar todo el valor, la excelencia y la gloria de ese nombre a los ojos de los hombres; pero el objeto de la filantropía del mundo es justamente lo contrario; ya que hace totalmente a un lado ese bendito Nombre, y excluye a Cristo de sus consejos, comités y programas. ¿No tenemos, pues, derecho a decir: «¡Qué vergüenza que un cristiano se halle en un lugar del que su Maestro es excluido!»? ¡Oh, que salga de allí, y que, con la energía del amor por Jesús y con el poder de ese Nombre, haga todo el bien que pueda!; pero que no se coloque bajo el yugo con los incrédulos con el objeto de contrarrestar los efectos del pecado excluyendo la cruz de Cristo. El gran objeto de Dios es exaltar a su Hijo, “para que todos honren al Hijo como honran al Padre” (Juan 5:23). Éste también debería ser el objeto del cristiano; con este fin él debiera “hacer bien a todos”; mas si se une a una sociedad o a un comité para hacer bien, él no actuará “en el nombre de Jesús”, sino en el nombre de la sociedad o del comité, sin el nombre de Jesús. Esto debiera bastar a todo corazón sincero y fiel. Dios no tiene otro medio de bendecir a los hombres que a través de Jesucristo, ni tiene otro objeto al bendecirlos que exaltar a Cristo. Continuará...

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