LA PLENA SUFICIENCIA DE CRISTO CAPÍTULO 6

1- LO QUE CRISTO HIZO POR NOSOTROS No escribo como teólogo; si así fuese, sería de veras una tarea muy fácil presentar una hilera incontestable de textos evidentes de la Escritura en prueba de la solemne verdad del castigo eterno. Pero, no; estoy escribiendo como alguien a quien Dios ha enseñado lo que el pecado verdaderamente merece; y lo que merece no es, ni puede ser otra cosa —lo declaro con toda calma, deliberación y solemnidad— que la exclusión eterna de la presencia de Dios y del Cordero, los tormentos eternos en el lago que arde con fuego y azufre. Pero —¡eternas aleluyas al Dios de toda gracia!— en vez de enviarnos al infierno a causa de nuestros pecados, Dios envió a su Hijo para ser la propiciación por esos pecados. Y, en el despliegue del maravilloso plan de la redención, vemos a un Dios santo interviniendo en el asunto de nuestros pecados y ejecutando juicio sobre ellos en la Persona de su Hijo amado, eterno e igual a él, a fin de que todo el torrente de su amor pudiera fluir dentro de nuestro corazón: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10). Ahora bien, esto tiene que dar paz a la conciencia, con tal que se reciba con simple fe. ¿Cómo es posible que una persona crea que Dios está satisfecho en cuanto a sus pecados, y no tenga paz? Si Dios nos dice: “Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” (Hebreos 8:12), ¿qué más podemos desear como base de paz para nuestra conciencia? Si Dios me asegura que todos mis pecados han sido borrados como se “disipa una densa nube” (Isaías 44:22; BDLA), que los ha “echado tras sus espaldas” (Isaías 38:17) —alejado para siempre de su vista—, ¿no habré de tener paz? Si me muestra al Hombre que llevó mis pecados en la cruz, coronado ahora a la diestra de la Majestad en los cielos, ¿no debería mi alma entrar en el perfecto reposo en cuanto al asunto de mis pecados? Seguro que sí. Continuará...

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