LA PLENA SUFICIENCIA DE CRISTO CAPÍTULO 29

3- LO QUE CRISTO HACE HOY POR NOSOTROS ¡Qué sólido es el consuelo que hay aquí para el pueblo de Dios! ¡Y cuánto necesita nuestra alma estar bien asentada en el conocimiento y la percepción de ello! Hay algunos que tienen una percepción imperfecta de la verdadera posición del cristiano, porque no ven lo que Cristo ha hecho por ellos en el pasado; otros, por el contrario, tienen una concepción tan enteramente parcial del estado del cristiano, que no ven la necesidad que tenemos de lo que Cristo está haciendo ahora por nosotros. Ambos necesitan ser corregidos. Los primeros ignoran el alcance y el valor de la expiación; los últimos ignoran el lugar y la aplicación de la intercesión. La perfección de nuestra posición es tal, que puede decir el apóstol: “como él es, así somos nosotros en este mundo” (1 Juan 4:17). Si todo estuviese incluido ahí, seguramente no tendríamos ninguna necesidad de intercesión sacerdotal; pero, por otro lado, nuestro estado es tal, que el apóstol tiene que decir: “Si alguno peca”. Esto demuestra que necesitamos de continuo al Abogado. Y, bendito sea Dios, lo tenemos continuamente; lo tenemos viviendo siempre por nosotros. Vive y nos sirve en las alturas. Es nuestra justicia permanente delante de nuestro Dios. Vive para mantenernos perfectamente rectos en el cielo y para rectificar nuestras sendas cuando hayamos dado un mal paso en la tierra. Es el vínculo divino e indisoluble entre nuestra alma y Dios.

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