LA PLENA SUFICIENCIA DE CRISTO CAPÍTULO 36

5- VERDADERA PAZ DE CONCIENCIA Y AUTÉNTICO REPOSO DE CORAZÓN Han perdido el gusto por las cosas del mundo, pero no han hallado su lugar ni su porción en el Hijo de Dios donde él está ahora a la diestra de Dios. Las cosas del mundo no les satisfacen, pero tampoco disfrutan de su posición, objeto y esperanza celestiales; de ahí que se hallen en una condición totalmente anómala; no tienen certeza, ni reposo, ni propósito fijo; no son felices; no conocen su verdadera situación; no son ni una cosa ni otra. ¿Se halla el lector de esa manera? Esperamos afectuosamente que no sea así. Confiamos que sea uno de los que, por la gracia infinita, conocen “las cosas que nos han sido dadas gratuitamente por Dios” (1 Corintios 2:12, VM); que saben que han pasado de muerte a vida; que tienen vida eterna; que gozan del testimonio precioso del Espíritu; que se dan cuenta de su asociación con una Cabeza resucitada y glorificada en los cielos, con quien están unidos por el Espíritu Santo que mora en ellos; que han hallado su objeto en la Persona de Aquel cuya obra consumada constituye la base divina y eterna de su salvación y de su paz, y que aguardan con anhelo el momento bienaventurado en que Jesús vendrá a recogerlos, para que donde él está estén también ellos, para no salir de allí jamás. Esto es cristianismo. Ninguna otra cosa merece ese nombre. Se alza en contraste fuerte y agudo con la espuria religiosidad actual, que no es ni puro judaísmo por un lado, ni puro cristianismo por el otro, sino una miserable mezcla, compuesta por algunos de los elementos de cada uno, elementos que pueden ser adoptados y practicados por gente inconversa, pues dan el visto bueno a los deseos de la carne y les permiten gozar de los placeres y las vanidades del mundo, para contentamiento de su corazón. Continuará...

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