LA PLENA SUFICIENCIA DE CRISTO CAPÍTULO 38

5- VERDADERA PAZ DE CONCIENCIA Y AUTÉNTICO REPOSO DE CORAZÓN Confundir estas dos cosas, es falsear enteramente la posición cristiana y acabar con toda disciplina piadosa en la Asamblea. Equivale a colocar la enseñanza de nuestro Señor en Mateo 13 en abierta oposición a la enseñanza del Espíritu Santo en 1 Corintios 5. Sin embargo, no vamos a seguir adelante por ahora con este tema. Es demasiado importante y demasiado extenso como para despacharlo en un breve artículo como el presente. Quizá podamos discutirlo con mayor extensión en otra oportunidad, pues estamos plenamente convencidos de que requiere del lector cristiano una seria consideración. No se puede subestimar, de ningún modo, su importancia, pues concierne, de forma tan manifiesta, a la gloria de Cristo, a los intereses verdaderos de su pueblo, al progreso del Evangelio y a la integridad del testimonio y del servicio cristianos. Pero tenemos que dejarlo a un lado por el momento y terminar este artículo con una breve referencia al punto tercero y último de nuestro tema, a saber, la Palabra de Cristo como guía plenamente suficiente para nuestro camino. La palabra de Cristo como guía plenamente suficiente para nuestro camino Si la obra de Cristo es suficiente para la conciencia, y su adorable Persona es suficiente para el corazón, entonces, con toda seguridad, su Palabra preciosa es suficiente para el camino. Podemos asegurar, con toda la confianza posible, que tenemos en el divino volumen de las Sagradas Escrituras todo lo que podamos necesitar, no sólo para satisfacer todas las exigencias de nuestro camino individual, sino también las diversas necesidades de la Iglesia de Dios, en los más minuciosos detalles de su historia en este mundo. Nos damos perfecta cuenta de que, al sentar tal afirmación, nos exponemos a mucha burla y oposición desde varios lados. Por un lado, toparemos con los abogados de la tradición y, por otro, con los que defienden la supremacía de la razón y de la voluntad humanas; pero esto en realidad nos importa muy poco. Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario