LA ASAMBLEA DE DIOS CAPÍTULO 7

1- HAY UNA ASAMBLEA DE DIOS EN LA TIERRA Esa iglesia no es la Asamblea de Dios, edificada sobre Cristo —la Roca— y reunida al nombre de Jesús, sino una apostasía humana, fundada sobre un frágil mortal y gobernada por las tradiciones y doctrinas de los hombres. Por consiguiente, no debemos tolerar que seamos privados de la realidad de Dios por causa de la impostura de Satanás. Dios tiene su Asamblea en la tierra y nosotros somos responsables de reconocerla y de encontrar nuestro lugar en ella. Esto puede ser dificultoso en un tiempo de confusión como el actual. Ello demandará un ojo sencillo, una voluntad sumisa, un espíritu humillado. Pero el lector esté seguro de que es su privilegio poseer tanto una seguridad divina con relación a su lugar en la Asamblea de Dios como con respecto a la verdad de su propia salvación por medio de la sangre del Cordero; y no debería estar satisfecho sin esto. Yo no estaría contento de vivir una hora sin la seguridad de que estoy asociado, en espíritu y en principio, a la Asamblea de Dios. Digo en espíritu y en principio porque puede ocurrir que me halle en un lugar donde no exista ninguna expresión local de la Asamblea, en cuyo caso debo contentarme con tener comunión, en espíritu, con todos aquellos que se encuentran en el terreno de la Asamblea de Dios, y esperar que Él me franquee el camino, de manera que yo pueda gozar del privilegio real de estar presente, en persona, con su pueblo para gustar las bendiciones de su Asamblea, como así también para compartir las santas obligaciones de ella. Esto simplifica admirablemente el asunto. Si no puedo tener la Asamblea de Dios, no tendré nada a ese respecto. No me basta concurrir a una comunidad religiosa en la que hay algunos cristianos, en la que se predica el Evangelio y se administran las ordenanzas. Continuará...

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